Tras la publicación del juego, el Ejército canadiense comenzó a detectar actividades sospechosas alrededor de algunas de sus bases. Según el Departamento de Defensa del país, siempre se trataba de personas que buscaban «criaturas digitales míticas», como recoge el documento interno de 471 páginas hecho público en relación al juego.
Debido a estas invasiones, el Ejército tuvo que hacer un anuncio público advirtiendo a los jugadores de Pókemon Go de que estaba totalmente prohibida la entrada a zona militar.
Asimismo, el desconcierto crecía entre los altos cargos del Ejército. Según los documentos publicados por las Fuerzas Armadas de Canadá, el Mayor Jeff Monaghan de la base militar de Kingston, en Ontario, pidió que se avisara de que «aparentemente Fort Frontenac es un PókeGimnasio y una PókeParada«.
«Seré sincero, no tengo ni idea de qué es eso», añadió el Mayor Jeff Monaghan, según recogió la cadena canadiense CBC. Además, según los documentos, el Ejército incluso propuso contratar a un niño de 12 años para que les ayudara.
Finalmente, el Ejército asignó a varios militares caminar alrededor de sus respectivas bases, con sus smartphones para buscar si había infraestructuras Pókemon cerca. Según CBC, se encontraron varias PókeParadas y PókeGimnasios.
El Ejército canadiense también envió un correo a la compañía de desarrollo Niantic, responsable del juego, en el que le solicitaba que eliminara y añadiera paradas en diferentes sitios para reducir los riesgos.
Fuente: milenio