La conocida como bóveda del fin del mundo del archipiélago Svalbard, al norte de Noruega, guardará ahora muchísimos datos digitales en caso de que llegue el fin del mundo.
Y es que GitHub —la plataforma de desarrollo colaborativo para alojar proyectos— también alquiló parte de la cueva para guardar datos de código abierto.
Los datos se almacenan en una película ultraduradera especial recubierta de polvo de óxido de hierro para hacerla más resistente. Según Piql, la empresa que fabrica la película, sus carretes deben durar hasta 750 años en condiciones normales y hasta 2.000 años si se almacenan en una cueva fría, seca y de bajo contenido en oxígeno.
GitHub quiere convertirse en el mayor inquilino de la cueva de Svalbard. Quiere almacenar 120 gigabytes de software de código de abierto. El primer carrete, por ejemplo, contiene el código de los sistemas operativos Linux y Android, además del de otras 6.000 aplicaciones de código abierto importantes.
Según el sitio web de Piql, los datos se almacenan sin conexión a internet, lo que significa que los hackers no pueden acceder a ellos. La cueva también alberga los archivos del Vaticano, el registro catastral brasileño, las películas italianas y la receta de la salsa especial de McDonald’s.